Una de las decisiones más importantes que tiene el ser humano es casarse y posteriormente el elegir dar vida: hacer crecer a la familia. Incluso creo que la decisión de tener hijos, es la más importante de todas, ya que implica decidir sobre la vida de terceras personas.
Y es que el tener hijos no debería estar basado en la necesidad biológica de procrear. Tampoco por la presión de que los hijos, son parte de toda familia, o por la exigencia social de que toda mujer y hombre deben tener hijos.
Y mucho menos como un acto instintivo en el que incluso ni siquiera se prevé el hecho de traer a un ser humano, sino que dejan al azar o a la naturaleza esa decisión.
Y sobretodo tener hijos no es una obligación ni biológica, ni social, mas bien, es una elección del corazón.
Y es que en este sentido todos o la mayoría tenemos la facultad biológica de procrear, sin embargo eso no quiere decir que estemos preparados para ser padres.
El decidir tener hijos, debe de ser impulsado por el deseo y el amor de los dos integrantes de la pareja de querer traer a un nuevo individuo a este mundo. Al mismo tiempo que se prepara su recibimiento en un ambiente de alegría, cuidado, responsabilidad, aportación del tiempo necesario y estabilidad económica; aunque esta ultima es un poco difícil, si deberíamos contar cuando menos con la posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas; de alimentación, vivienda, recreación y educación.Si nos damos un tiempo para reflexionar, vamos a darnos cuenta de que todos los seres humanos positivos o negativos en nuestra sociedad, se originaron en un núcleo familiar, y por tanto que tan responsables somos con nuestros hijos, impacta también en que tan responsables somos socialmente.
En el cuidado y educación de los hijos, no entra solo el hecho de vestirlos, alimentarlos, darles regalos y llevarlos a la escuela, sino también; la parte de darles, amor, tiempo, cuidado y sobretodo bases firmes en la formación de su personalidad, y esto se logra reforzándolo con palabras positivas a lo que hace, diciéndole cuanto lo queremos, ofreciéndole limites claros y firmes: para que sepa que nos importa lo que hace y que por tanto es valioso. Respetándolo y, evitando ofensas y más bien, explicándole y enseñándole con ejemplos positivos.
Nadie dijo que ser padres es fácil, es mas nadie nos enseña a serlo, sin embargo no hay pretexto para no informarse y buscar apoyo o asesoría pública o privada según nuestras posibilidades, a fin de realizar mejor la labor más importante que tenemos como personas.
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