viernes, 13 de noviembre de 2020

LA DICHA DE RECIBIR

A todos nos gusta Recibir. Y en estas fechas es muy común  el dar y el recibir, ya sea entre los compañeros de trabajo o la escuela, o si se lleva a cabo el famoso intercambio de regalos.

Sin embargo, a veces; el acto de recibir puede volverse incomodo,  sea por cuestiones culturales o psicológicas. Cuando no nos sentimos merecedores o lo suficientemente valiosos; nos es difícil recibir  los obsequios y sobretodo encontrar la satisfacción y la alegría de ser compensados.

Recibir no implica solo cosas materiales, sino también el recibir un favor, un apoyo moral o un cumplido y el como lo recibamos esta relacionado con que tan fortalecidos estemos en nuestra autoestima.

El recibir es algo que se aprende desde la niñez. Generalmente nuestros padres  nos enseñan a dar, antes que recibir. Incluso por costumbre se tiende  a dar, siempre lo mejor a los demás. Es común en los hogares que las madres de familia, al recibir invitados, repartan a todos y a lo último se atiendan  a ellas. Esto es porque el pensar en uno mismo esta mal visto y es catalogado como un acto egoísta, no obstante no es egoísmo quererse a uno mismo. Tomando en cuenta que no se da con autenticidad y alegría cuando no se sabe recibir.

Culturalmente esta muy marcada la creencia de que es mejor dar que recibir, algo contradictorio porque los dos actos van de la mano. Para mantener  el equilibrio hay que recibir, de otra manera se origina un malestar que provoca frustración y resentimiento.

Así como debemos dar con alegría debemos recibir con alegría. De otra manera se gesta un conflicto emocional, que termina convirtiendo el acto de dar en un acto obligatorio, mas que satisfactorio. Hay que entender que recibir, no solo es decir gracias, sino sentir  una plena satisfacción, a la vez que damos al otro la alegría de saber que lo que nos entrega es importante para nosotros.

En estas fechas de contacto emocional, demos a nuestros seres queridos regalos invaluables, como el amor, el respeto, la cortesía y sobre todo la compañía que genera la convivencia. Recibamos también, los presentes con alegría y consciencia de que somos merecedores de eso y mucho más, porque somos seres importantes, valiosos,  únicos, inigualables e insustituibles.

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