jueves, 12 de noviembre de 2020

POTENCIALIZA TU VOCACIÓN

Algunos lo llaman don, mientras que otros; talento. En Psicología lo llamamos vocación. Sin embargo las tres palabras se refieren a lo mismo. Es innegable que cada ser humano, por más discriminado, negativo o abandonado de si mismo, esté; posee una habilidad particular que lo caracteriza y lo hace único. Aun cuando esa potencialidad sea similar o común. En este sentido somos inigualables e insustituibles.

La vocación es algo con lo que se nace, es natural, es incluso; el propósito para el que fuimos creados. Sin embargo se va desarrollando durante toda la vida. Aunque parece algo sencillo, por el simple hecho de que se nos es dado por la naturaleza o por nuestros genes familiares; no lo es. Es un proceso de descubrimiento, en el que necesitamos hacer consciencia de quienes somos, como somos y para que estamos en esta vida.

La naturaleza nos dota de una serie de cualidades o potencialidades que al desarrollarse nos provoca bienestar, plenitud (autorealización). Sin embargo cuando nos encontramos alejados de nuestra vocación, sentiremos frustración, insatisfacción, estancamiento, vacío, aburrimiento, e incluso  dificultad para superarse aun cuando se este llevando a cabo un trabajo redituable.

La vocación puede llevar a realizar actividades de fama o prestigio o trabajos comunes.  Y aun así la satisfacción es de igual nivel para todos. Tanto para el empresario, el artista o el bibliotecario. Así la vocación se aplica a todos, en este sentido no importa la actividad que realicemos, siempre y cuando nos de satisfacción mientras la hagamos.

Nos damos cuenta que estamos haciendo lo que nos gusta cuando nos sentimos felices, realizados o que encajamos. Obviamente cada situación que hacemos o emprendemos necesita dedicación y ese es el elemento clave para desarrollar nuestras habilidades y ser felices con ello. Sin embargo muchas personas estudian no la carrera que les gusta, sino la que les reditúa mejores ganancias o aquella que posee mayor demanda laboral, motivados por la necesidad imperante de sustentarse. Para ellos lo más recomendable, es que una vez logrado el ajuste económico, busquen desarrollar su vocación, ya que pueden encontrar un equilibro entre lo que les gusta y para lo que son buenos y lo que les da el sustento diario.

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