EL MEJOR REGALO PARA MI HIJO: Ayudarle a crear un propósito para su vida.
La vida es bella, aunque en ocasiones puede resultar complicada para nosotros los adultos.
Entonces, imagínese lo difícil que puede ser para un niño, un adolescente o un joven que aun está procurando entender el mundo.
Para que la vida sea agradable, es necesario tener un propósito, situaciones que nos impulsen diariamente y un sentido de pertenencia que nos hagan amar nuestra existencia.
Podemos biológicamente estar vivos. Pero vivir desde el ámbito emocional, va mas allá de un corazón latiente, o de un cerebro controlando todo nuestro cuerpo, vivir implica estar conectados con lo que nos rodea, sentir alegría por un amanecer y agradecimiento y plenitud por lo logrado en el día.
Es inherente al ser humano, tener situaciones agradables, y otras no tanto. La existencia no siempre se da de forma perfecta o en la forma en la que la idealizamos. Ya que hay circunstancias que son ajenas a nuestro control. No obstante, esta en nuestro control elegir la actitud que determina la forma con la que afrontamos las diversas situaciones, y esto se relaciona con la forma que aprendimos que nuestros padres afrontan las adversidades.
En este sentido, creo que el mejor regalo que le podemos dar a un ser humano, es ayudarle a encontrar un propósito para su vida. Empezando por hacernos responsables de lo que nos corresponde. En este caso como padres, responsables de la crianza de nuestros hijos.
Y criar también implica enseñar.
1. Si deseamos hijos felices, es menester que en nuestro hogar, existan límites claros, que sean congruentes, que brinden estabilidad y organización, limites que enmarquen su vida; ya que esto, brindará una base emocional fuerte y firme.
2. Darles un sentido de pertenencia: El demostrarles amor, respeto por sus emociones, se logra escuchándolos y tomándolos en cuenta en algunas decisiones, por ejemplo el color de su cuarto o la forma en que acomodará sus pertenencias. Estas son decisiones que ellos pueden tomar y que no rompen con los reglas que ellos tienen que respetar guiados por los padres.
3. Ser flexibles, es decir enseñarles a que si algo no funciona en una forma puede funcionar de otra. Ser padres firmes, pero también dispuestos a aceptar sus puntos de vista, e incluso reconocer cuando exista una equivocación ya que como adultos no somos perfectos, y esto le da al joven la elasticidad psicológica que le permitirá adaptarse a las diversas exigencias de la vida.
4. Enseñarles a vivir en el aquí y el ahora. Implica que como padres resolvamos cada cosa en su momento, que si algo nos molesta sea dicho en el momento en el que lo sentimos. Así también, disfrutar cada una de las actividades diarias, desde el desayuno hasta cada una de las tareas cotidianas.
5. Comunicarnos asertivamente, hará que ellos también lo hagan, diciendo lo que nos gusta y lo que no, sin ofensas o chantajes. Sino, siendo claros, concretos y directos.
6. Crearles metas. Tener un proyecto de vida para nosotros mismos, y ser perseverantes en su logro, al mismo tiempo que impulsamos a nuestros hijos a proyectarse en metas a muy corto plazo (para no saturarlos y lograr el efecto contrario). Así por ejemplo, una niña de 6 años puede motivarse diariamente en sus tareas escolares con la visualización de las recompensas que obtendrá al aprender a leer. Podemos decirle lo maravilloso que será cuando pueda leer tantos cuentos desee o pueda comprar ella sola en la tienda si aprender a sumar, restar etc. Tener un propósito les ayuda a centrar su energía y utilizarla positivamente.
7. Hacerles la vida agradable. Si bien, es cierto, que los hijos tienen responsabilidades, también tienen derecho a recrearse, a distraerse, de tal forma que vean en la vida, momentos de relajación y de diversión, que la vida es sacrificio pero también recompensa. Que se sientan a gusto y motivados en el hogar y no aburridos y con ganas de alejarse.
8. Basar el sentido de vida de nuestros hijos en disfrutar cada momento y afrontar los obstáculos actuando responsablemente. En tal caso; evitando dañar a los demás, amando nuestro hogar, nuestro planeta y todo lo que contiene. Solo así lograremos que nuestros chicos sean felices.
2. Darles un sentido de pertenencia: El demostrarles amor, respeto por sus emociones, se logra escuchándolos y tomándolos en cuenta en algunas decisiones, por ejemplo el color de su cuarto o la forma en que acomodará sus pertenencias. Estas son decisiones que ellos pueden tomar y que no rompen con los reglas que ellos tienen que respetar guiados por los padres.
3. Ser flexibles, es decir enseñarles a que si algo no funciona en una forma puede funcionar de otra. Ser padres firmes, pero también dispuestos a aceptar sus puntos de vista, e incluso reconocer cuando exista una equivocación ya que como adultos no somos perfectos, y esto le da al joven la elasticidad psicológica que le permitirá adaptarse a las diversas exigencias de la vida.
4. Enseñarles a vivir en el aquí y el ahora. Implica que como padres resolvamos cada cosa en su momento, que si algo nos molesta sea dicho en el momento en el que lo sentimos. Así también, disfrutar cada una de las actividades diarias, desde el desayuno hasta cada una de las tareas cotidianas.
5. Comunicarnos asertivamente, hará que ellos también lo hagan, diciendo lo que nos gusta y lo que no, sin ofensas o chantajes. Sino, siendo claros, concretos y directos.
6. Crearles metas. Tener un proyecto de vida para nosotros mismos, y ser perseverantes en su logro, al mismo tiempo que impulsamos a nuestros hijos a proyectarse en metas a muy corto plazo (para no saturarlos y lograr el efecto contrario). Así por ejemplo, una niña de 6 años puede motivarse diariamente en sus tareas escolares con la visualización de las recompensas que obtendrá al aprender a leer. Podemos decirle lo maravilloso que será cuando pueda leer tantos cuentos desee o pueda comprar ella sola en la tienda si aprender a sumar, restar etc. Tener un propósito les ayuda a centrar su energía y utilizarla positivamente.
7. Hacerles la vida agradable. Si bien, es cierto, que los hijos tienen responsabilidades, también tienen derecho a recrearse, a distraerse, de tal forma que vean en la vida, momentos de relajación y de diversión, que la vida es sacrificio pero también recompensa. Que se sientan a gusto y motivados en el hogar y no aburridos y con ganas de alejarse.
8. Basar el sentido de vida de nuestros hijos en disfrutar cada momento y afrontar los obstáculos actuando responsablemente. En tal caso; evitando dañar a los demás, amando nuestro hogar, nuestro planeta y todo lo que contiene. Solo así lograremos que nuestros chicos sean felices.
Una persona feliz será productiva, al desarrollar todo su potencial, será proactivo y destellara su felicidad. No obstante una persona infeliz desaprovechara su talento o incluso lo utilizara en forma negativa.
Entendamos que la vida son instantes y que este instante es el preciso momento de nuestra existencia. La vida no puede ser pospuesta, La vida es aquí y ahora.
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